El precio eléctrico europeo aventaja al español pese a sus horas en negativo

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JUAN SALGADO

La caída de las tarifas de la luz incrementa de forma temporal la competitividad de la industria nacional pero el cierre del año será más ventajoso para la de Francia o Alemania

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La caída continuada de los precios de la electricidad en el mercado regulado, que estrenó el mes de abril con una coyuntura histórica al registrarse, por primera vez, tarifas negativas, da un respiro a los hogares, a las empresas, y también a la industria pesada, consumidora intensiva de energía. Así, el barómetro que elabora la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) muestra que, el pasado marzo, el precio medio del mercado diario fue de 20,3 euros por megavatio a la hora, un 77,4 % inferior al del mismo mes de 2023. Si se compara con el de los países del entorno, fue un 68,6 % menor que el de Alemania y un 62,1 % inferior al de Francia. Esta entidad considera que, si se tiene en cuenta la evolución del mercado diario durante este ejercicio y las cotizaciones de los precios futuros hasta fin de año, el precio medio estimado del mercado eléctrico español se quedará fijado en 55 euros por megavatio a la hora, un 36,9 % menor que el de 2023, un 19,8 % más barato que el del mercado alemán y un 9,3 % más económico que el francés.

Sin embargo, el precio final que pagará la industria pesada en ambos países será muy inferior a la española cuando caiga la última hoja del calendario de este 2024. Las empresas electrointensivas francesas y germanas compran la electricidad que necesitan para producir con contratos más competitivos que el que les ofrece sus mercados eléctricos. Como ejemplo, AEGE cita que, en Francia disfrutan de la tarifa ARENH, a 42 euros por megavatio a la hora.

Aunque la industria española está ganando temporalmente competitividad frente a los de otros países europeos, en parte por la coyuntura de precios bajos, propiciados por la alta participación de las fuentes renovables en la cesta de generación nacional, los expertos apuntan a que esta coyuntura no se mantendrá durante mucho tiempo. AEGE explica que, «en estos tres primeros meses del año 2024, los precios eléctricos del mercado alemán y francés han sido superiores a los de nuestro mercado». Sin embargo, «para la industria electrointensiva española, considerando las medidas aprobadas en su estatuto, y las compensaciones del ajuste de gas, se estima un precio a fin de año en España de 53 euros por megavatio a la hora, más del doble que el francés, que es de 22,8 euros», o del alemán, de 24,68».

Las cifras que maneja la asociación indican que, solo en el primer trimestre del año, los cargos e impuestos que soportan las industrias electrointensivas españolas son cuatro veces superiores a las galas y más del doble que las alemanas.

Así las cosas, aprovechar esos precios bajos de la electricidad en España para que, de forma estructural, pueda revertir en una mejora del tejido industrial, la actividad económica y el empleo, es la demanda que formulan desde la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec). Marta Castro, directora de Regulación, recuerda que como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania, los precios se dispararon y la industria experimentó una fuerte contracción de la que empieza a recuperarse. «La incertidumbre aún perdura, pero se puede recuperar el 70 % del consumo eléctrico perdido», explica. Utilizar la electrificación como palanca clave para esa recuperación es una de las recetas de la patronal del sector, que recuerda además que España se encuentra entre los países europeos con menor peso de la industria en el Producto Interior Bruto (PIB), menos del 16 %, frente al 20 % de la media comunitaria. Sin embargo, en el otro extremo de la balanza se encuentra el factor diferencial de producir energía renovable entre un 20 y un 30 % más barata que el conjunto de los países del entorno, lo que le aporta una ventaja clave.

Además, la industria es, tras el transporte, el sector de mayor consumo de España con alrededor de 20 millones de toneladas equivalente de petróleo, que representan el 26 % de la energía final total de España), de la cual más de la mitad proviene todavía de combustibles fósiles contaminantes. Por ello, Aelec defiende que la electrificación de este consumo contribuiría a reducirlo, a través de la eficiencia energética y a su descarbonización.

La directora de Regulación de la entidad apunta a varias medidas para favorecer la electrificación de la industria y, por ende, al proceso de transición energética en España. Una de ellas es la adopción de mecanismos de ayuda, financiación o ventajas fiscales que incentiven inversiones en electrificación por parte de los agentes industriales, especialmente aquellas que, debido a su naturaleza, no sean aún viables económicamente y no pueden generar retornos en el corto plazo o no alcanzan la rentabilidad exigida.

Otra de las actuaciones recomendadas es la adopción de mecanismos para favorecer soluciones de almacenamiento para posibilitar que no se desperdicie ni un megavatio renovable. «Va a dar una mayor seguridad y eficiencia a la industria», subraya Marta Castro, quien también considera fundamental un mayor despliegue de las redes eléctricas. «Tiene que hacerse de forma acompasada con las demandas de los nuevos proyectos», reseñó. Así, abogó por establecer un sistema de planificación de redes más flexible que permita anticiparse a las necesidades de los consumidores y a la evolución de la red; establecer modelos retributivos que se adapten a las nuevas necesidades de la red y que provea de una rentabilidad atractiva par inversores; y se dote a la Administración de más medios humanos y tecnológicos para agilizar la concesión de permisos.

Contratos a largo plazo

Incentivar los contratos de suministro de energía renovable a largo plazo —las PPA, por sus señas en inglés— y los mercados a largo plazo «para que la industria tenga precios estables y competitivos» son también otras de las peticiones que plantea la patronal. La directora de Regulación de Aelec es muy crítica con la carga fiscal que soporta la electricidad que, en su opinión, resta peso a la electrificación. El aumento del IVA de la luz o los impuestos especiales sobre la electricidad influyen negativamente en el sector. «Tenemos que ser coherentes entre la política energética y la fiscal», subrayó.

Por otro lado, la directora de Regulación de Aelec también reseña la ventaja competitiva que tiene Galicia en la producción de energía verde. «Siempre ha tenido un recurso renovable muy potente, con agua, viento y sol, además de extensión territorial, y conocimiento con empresas energéticas que vienen haciendo desarrollos energéticos a nivel global», afirma. Por ello, entiendo que esa fortaleza puede repercutir positivamente no solo en su industria, sino también para captar nuevo tejido empresarial que se asiente al calor de ese suministro energético más barato y competitivo.