Vivimos rodeados de plásticos. Se emplean como dispositivos médicos o para preservar alimentos. La contaminación por plásticos en las rías de Arousa y Noia se ha multiplicado por 10 desde 1980. La mayoría de los plásticos no se reciclan al final de su corta vida útil, aumentando el problema de acumulación de residuos. Los mercadillos semanales, desde O Grove hasta Muros, se celebran en las zonas portuarias y miles de bolsas vuelan hacia el mar y pasan a ser pasto de los peces. Mientras ordenanzas municipales obligan a recoger las heces y meos de los perros, ¡esa es otra!, nadie se ocupa de evitar esta lluvia plástica. ¿Cuándo será prohibida su celebración en las fachadas marítimas?
Al final del día, un mar de plástico vuela empujado por el viento hacia el mar. El lema medioambiental por antonomasia dice: «Pensar globalmente actuar localmente». ¿Alguien desde O Grove a Muros ha observado, visto o detectado políticas municipales, autonómicas o de Costas para perseguir y sancionar esa nube de plástico que los mercadillos dejan como huella? Efectivamente, nadie ha visto política de sanción a los puestos que no procesan la basura generada. Nos preocupamos por los pellets, incluso se movilizó Galicia entera, pero nos despreocupamos ante los cientos de toneladas de estos plásticos vertidas al mar.
Es hora de actuar y priorizar el principio de preservación de nuestros fondos marinos. Hay que poner fin a la contaminación por plástico. Más tarde será demasiado tarde y el marisqueo corre riesgo severo. La ONU indica que el gran peligro puede ser sintetizado en el hecho de que estamos extrayendo más de los océanos de lo que se puede reponer.